Un Quijote cualquiera...
Le gustaba escuchar la tertulia literaria, justo enfrente del banco donde solía
dormir. Se sentía persona otra vez, oyendo hablar a los literatos.
Esa tarde tocaba Quijote y se quedó mudo cuando, uno de los que él
consideraba sensatos, dijo con voz impostada: “Hombres como él hacen falta en
esta tierra ruinosa”
Se vio a sí mismo, primero enfadado, luego desolado, hablando con los
compañeros, negociando con la patronal, perdiendo todo...
Esa noche, fue a buscar al único que había salido peor parado que él, además
de dormir en otro banco, estaba alcoholizado.
Se derrumbó por primera vez desde el fracaso, sabiendo que el otro le
entendería...
Su triste camarada le dijo, en su lúcida borrachera: “Haberte pedido Sancho.”
dormir. Se sentía persona otra vez, oyendo hablar a los literatos.
Esa tarde tocaba Quijote y se quedó mudo cuando, uno de los que él
consideraba sensatos, dijo con voz impostada: “Hombres como él hacen falta en
esta tierra ruinosa”
Se vio a sí mismo, primero enfadado, luego desolado, hablando con los
compañeros, negociando con la patronal, perdiendo todo...
Esa noche, fue a buscar al único que había salido peor parado que él, además
de dormir en otro banco, estaba alcoholizado.
Se derrumbó por primera vez desde el fracaso, sabiendo que el otro le
entendería...
Su triste camarada le dijo, en su lúcida borrachera: “Haberte pedido Sancho.”
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