Perdedores...

Mañana todos volveremos a ser perdedores, que es lo contrario de ganadores. Sin embargo, casi todos, cuando decimos perdedores queremos decir fracasados.

Espero que los millones de personas que mañana no serán ganadores, no se sientan fracasados. Aunque con el panorama actual es fácil...

Perdedor viene de pérdida y todos los somos aún sin quererlo, ni merecerlo.

Se pierde la inocencia, la capacidad de soñar, a los abuelos, a los padres, y a veces, ni siquiera por este orden.

También se pierde lastre, complejos, miedos, vergüenzas...Pero seguimos perdiendo hasta la tumba, a los nuestros, nuestra cabeza, nuestra salud...

Mi mayor lastre hasta el momento creo que ha sido no saber lo que ganaba y lo que perdía. Todos hemos llorado por pérdidas que nos han abierto un camino nuevo y mejor y aplaudido ganancias que no han hecho sino complicar nuestra vida.

Y os lo digo yo que llevo muchas mudanzas,que de todo lo que se quedó por el camino, es sorprendente lo que se llega a echar de menos... La crema que olía a rosas y que mi madre me ponía en Invierno porque se me ariaba la cara (Hitler´s dream!!!), los figos que sacudía mi tío Tino desde el árbol (y que yo nunca probaba...), las batallitas de la Tieta (que yo nunca escuchaba porque era muy joven) y el valor de las primeras amistades que, si bien era un poco suicida, era más importante que nada en la vida.

Soy una perdedora porque he perdido cosas muy valiosas...Y soy una ganadora porque las he tenido.