QUE FUE DE BABY JANE?

Y QUE HABRÁ SIDO DE TODOS LOS QUE LA MIRABAN SIN VERLA?

jueves, junio 07, 2007

Lo peor que se le puede decir a una esposa...

El Hijo de la Gran Bretaña: Esa chaqueta que llevas es como de catequista...

Yo: Pues ahora te jodes porque voy a colgar una foto de tus calzoncillos de mercadillo en mi blog!!!!!




PD- Alegará que se los compré yo... Ni caso.

lunes, junio 04, 2007

La lengua de las mariposas


En mi infancia hubo alguien que sabía enseñar esas cosas tan importantes como el porqué de la lengua de las mariposas. Se llamaba Layi y brillaba entre aquella mancha de monjas grises.

Me enseñó lo importante que era la sensibilidad, palabra que por aquel entonces a mí se me hacía infinita y que ella nombraba como si se estuviera enamorando de cada sílaba. Recuerdo el día nos hizo abrir los ojos como platos porque alguien muy importante iba a venir. La interrogamos exaltadas: ¿El alcalde? ¿Un famoso? ¿El príncipe de Asturias? ¿El Rey?. Y ella se reía y decía: "Noooo, alguien mucho más importante!!!" Pues claro, era más importante y más impresionante y mucho más agradable. Aquel día llegaba...La Primavera.

Ella me inculcó esa manía que hace que las flores de plástico me saquen granos y las silvestres me emocionen hasta la cursilería. La tengo grabada en mi mente, repitiendo una otra vez que pollo y yate se pronunciaban distinto (nos moríamos de la risa con su gesticulación y su empeño en que viéramos la diferencia)

Para rematar la gran huella que dejaría en mi vida, años después, cuando ya no era su alumna, le cantó las cuarenta a la monja que yo más odiaba. Fui a felicitarla por su próxima boda, me alegraba de corazón de que hubiera encontrado un compañero a una edad en la que según dicha monja, parecía que se iba a quedar para vestir santos. Me preguntó cómo me había enterado y cuando le di el nombre de la monja-chivata-bruja, se fue a ponerla verde por cotilla...Lo dicho, la mejor!!!

Layi, gracias por todo. Espero que muchos alumnos más tengan la fortuna de conocerte. Te recordaré siempre en Riaño, antes de que el pantano lo inundara, cogiendo miles de Narcisos.

Eternamente agradecida:

Patricia