QUE FUE DE BABY JANE?

Y QUE HABRÁ SIDO DE TODOS LOS QUE LA MIRABAN SIN VERLA?

jueves, abril 29, 2010

Con la mirada de un niño...

Mi padre redescubre la vida de pueblo disfrutando, como cuando de niño le envíaban a casa de los güelos en verano a quitar la fame.

Y se sorprende del verde de los montes, del canto de los pájaros, de encontrarse una ardilla, un zorro, un sapo...




Con la mirada de un niño lo observa todo y, casi con la misma curiosidad, quiere conocerlo todo.

Como un niño travieso se sienta en el curioso confesionario y comenta que la ermita parece una casa de muñecas.






Intenta parecer ya un paisano mayor en el bar de Manolito, pero desde la enorme distancia que conlleva ser cinco años más joven, dice con voz juvenil:

"Esti vieyu ye tremendu!!!"




Y con mohín de niño confiesa que no quiere volver a casa.

miércoles, abril 14, 2010

Nuevos ritmos



Ahora el tiempo transcurre con otro ritmo.

Las mañanas más perezosas que nunca, aunque aquí hay mucho por hacer...Pero lo primero es sacar al perro, tomar un café y mirar al cielo tratando de predecir el parte meteorológico para intercambiar las primeras palabras del día con la vecindad, que invariablemente versan sobre el día que va a hacer hoy.

Luego hay que salir al patio y mirar las plantas. Por fin tengo patio y plantas!!! A veces riego y a veces rezo, porque aún no estoy muy convencida de que algo plantado por mí pueda sobrevivir mucho tiempo.

Me escapo un rato a Grandas a hacer la compra, en ocasiones sin tener necesidad, pero me gusta el ritual de coger mi coche e intentar no calarlo veinte veces, buscar el sitio más fácil donde aparcar, ir al super, tomar un cafetín en la Reigada, ir al estanco y volver para abrir el chigre y que algún vecino me diga en tono de reprimenda: "Tuve antes y tenías cerrao"

A la hora del vermú siempre cae algún vecino, más por hacer gasto que por convicción y también porque saben que estoy sola por semana y me hacen compañía. Tengo entonces conversaciones de lo más interesantes sobre cómo deben de prepararse los callos o como era la escuela que ahora es mi albergue. Y aprendo mucho. De la historia local, de gastronomía, de la vida de mis vecinos y, al menos lo intento, de la fala.

Las tardes son muy tranquilas y ahora que vino el buen tiempo, aunque sigue habiendo muchísimo por hacer, no puedo evitar salir al patio a tomarme una botellina de sidra. Y me sabe a gloria.

Cuando empieza a oscurecer es cuando me siento un poco sola. Y echo de menos a mi santo, a mi niña, a mi gente...Pero siempre viene alguien con gana de charlar un poco y, cuando me doy cuenta, ya es la hora de irse a la cama.

Y así transcurre mi semana. El Viernes ya el ritmo se agita un poco esperando a que lleguen los míos y traigan noticias de la ciudad...Qué lejos me parece ahora mi otra vida!!!

Me gustan los nuevos ritmos y las vistas desde mi ventana.