Ocho años...

Ayer, bajando La Garganta, camino de Vegadeo. Las dos pletóricas, cantando a voz en grito las canciones de la banda sonora de "Priscilla, Queen of the desert". Aparece delante un coche que va un poco lento para mi gusto. Me quejo, como de costumbre, y tú me dices:

- "Mami, es que ese coche es un Punto pero el nuestro es una Fiesta..."

Hoy hace ocho años que te conozco y, me has hecho reír tantas veces, que compensan todos los miedos que aparecen de la mano con la maternidad.

Acabo de caer...

Pero, no preocuparse, que no me manqué...

Recién me doy cuenta de que, de todas las personas a las que aprecio, admiro, amo y necesito, ninguna se dedica a la política.

Y también, de que la gente a la que más le ofende mi opinión, es porque no tienen una propia. Tal vez, una prestada, aprendida o financiada, pero propia no.

"Un pensamiento independiente es un lugar solitario y ventoso." (Rosa Montero)

No tengo ganas de discutir...

De verdad, no las tengo. Lo que me apetece enormemente es reírme.

Reírme de la panda de impresentables que, mientras forran bien sus bolsillos, dejan a este país en la ruina.

Descojonarme de la Santa Madre Iglesia que no acaba de entender eso de "predicar con el ejemplo".

Partirme la caja con los que se echan las manos a la cabeza ante la situación pero no le darían ni un mendrugo de pan a su vecino.

Morirme de la risa con los que se hacen llamar periodistas e intentan manipular la realidad al servicio de quien les paga.

Y lo intento... pero, no se por qué, acabo de una mala hostia!!!

Y levanto la voz, más de lo que debiera o con quien no debiera. Supongo que necesito oírme para saber que aún me queda mi voz y tener presente que quien calla otorga.

Recordadme que baje el tono pero no me dejéis olvidar que tengo voz.

Pequeñas cosas...

Mi madre pintándome las uñas la mañana de mi boda...

Mi tío Tino sacudiendo la figal en mi primer aniversario de boda...

Paíno empujando mi silla de ruedas...

Harry bañando a Deva recién nacida...

Un ataque de risa en un funeral, fuera de lugar...

Otro ataque de risa por algo que nunca pasó, fuera de mi mente...

Mis primeros Narcisos...

Una llamada del otro lado del mar...

Mis pequeñas cosas que, en el fondo, deben de ser grandes porque no las olvido.

PD- Y aunque venga el alemán, ese cabrón, estoy segura de que las guardaré en un rincón especial...